Las detectives espiritistas (un episodio de Zapatos de ante azul)
"The Unicorn o The Unicorn and the Rose, que es su nombre completo, es una sociedad cultural, recreativa y de ayuda mutua compuesta íntegramente por residentes británicos en la Costa Blanca y regida de acuerdo a unas curiosas normas y a una complicada jerarquía. Por ejemplo, los diferentes directores de cada comisión (comisión de bordado, de marquetería, de avistamiento de aves, de repostería tradicional, de gimnasia, del coro, de virtud antialcohólica, de bridge...) son elegidos democráticamente, aunque en el recuento de votos se aplica un índice corrector que suma una serie de votos especiales fruto del mérito de cada concurrente en actividades como la elaboración de la masa del pastel de prunas, el dibujo del cartel de la campaña anual de ayuda a los animales o la invención del cóctel más vomitivo en las reuniones periódicas de la comisión pro virtud antialcohólica. Por debajo de los directores están los secretarios, que son elegidos bianualmente de entre los socios que más fondos hayan aportado a las comisiones. A continuación están los supervisores, que fiscalizan a los anteriores y que son nombrados por éstos y por los dos candidatos a directores y a secretarios que menos votos hayan conseguido. Y por último están los coordinadores, que son aquellos socios cuya edad se acerca más a la media aritmética de todas las edades de los miembros de cada comisión.
Como mínimo una comisión debe tener ocho miembros, y sólo en casos excepcionales, en los que la Comisión de directores juzgue justificado el interés, se permite el inicio de actividades a algunas con menos socios, pero sólo durante un trimestre. Pasado este plazo, si no se ha conseguido atraer a más socios, hasta completar el cupo mínimo, se disuelve la comisión. Este ha sido el caso de la recientemente disuelta "Comisión para asuntos esotéricos", cuya directora no era otra que la señora Robinson, nuestra anfitriona de esta tarde. Las otras integrantes de la comisión también están presentes y escuchan con atención la disertación de Angelito sobre los alimentos yin y yang para perros. Son la señora Jenkins (antigua secretaria de la comisión) y la señora Slaughter (antigua coordinadora). La persona que falta es la antigua supervisora, la señora Mappley, quien, al parecer, acusó al resto de sus compañeras de beber té con ginebra durante sus sesiones espiritistas, con lo que desacreditó su buen nombre, perjudicó a la comisión y, de paso, ganó puntos de cara a su candidatura para la presidencia de la influyente "Comisión pro virtud antialcohólica". No obstante, el fracaso de aquella comisión no es del todo imputable a la señora Mappley. En los casi dos meses y medio en los que desempeñó el cargo de secretaria, la señora Jenkins recogió con escrupulosa fidelidad en el libro de actas el contenido de las sesiones semanales. Basta con leer unas líneas para comprender que, con o sin ginebra, el futuro de la comisión esotérica iba a ser muy corto.
Extractos del libro de actas de la señora Jenkins
Jueves, 24. 19.30.1ª sesión: invocación espiritista al difunto señor Robinson [...] Tras quince minutos de intentos por fin conectamos con una entidad ultrasensorial, aunque por desgracia no se trata del marido de nuestra querida directora, sino de un señor de Murcia que murió en un accidente de tráfico [...]
20.05 (2ª sesión) Nos demoramos en la invocación casi 25 minutos, hasta que unos golpes tremendos en el techo hacen que nos detengamos sobrecogidas. La señora Robinson retoma la palabra e interpela directamente al espíritu acerca de su identidad y de sus intenciones. El vaso no se mueve, pero de nuevo se oyen los golpes, a los que ahora se suman voces que, poco a poco, se convierten en gritos horrorosos.
Son los vecinos de arriba, que ya están discutiendo, nos descubre desalentada la señora Robinson [...]
Viernes, 1. 19.30. (2ª sesión) Después de un infructuoso intento por conectar con el señor Robinson, la coordinadora Slaughter propone que se abandonen las invocaciones personalizadas, pero se encuentra con la firme oposición de la señora Robinson y de la señora Mappley, muy interesada en hablar con su difunta tía Elaine. Como una servidora apoya a la señora Slaughter, decidimos alternar las invocaciones [...] El vaso empieza a moverse bruscamente trazando un recorrido incoherente entre las letras y los números, hasta que se sale de la mesita y se estrella en el suelo [...] Todos los intentos posteriores son inútiles.
Sábado, 2. 16.30 Según nuestra directora, la señora Robinson, ayer se liberó en su salita una energía negativa que puede ser muy perjudicial para nosotras, por lo que hoy ha convocado una sesión urgente para limpiar su casa. Primero, en un ejercicio agotador hemos ido agitando por todos los rincones unas ramitas de abedul. Después hemos encendido las velas y unas varitas de incienso. La señora Mappley se ha mareado con el humo y hemos tenido que sacarla al balcón [...]
Jueves, 7. 20.05 [...] La directora y la supervisora se han dicho palabras desagradables a raíz de una discusión sobre la financiación de una botella de espiritoso [...]
En fin, no hace falta que sigamos, ya se da cuenta uno de que con este historial y, a pesar de que contaba con el acicate de los episodios de Expediente X, que todos los martes a las nueve y media de la noche podían ver los socios de "The Unicorn" en versión original en la sala de televisión del club, la "Comisión de actividades esotéricas" tenía, ya digo, un futuro muy corto. Sin embargo, que fuera oficialmente disuelta no implica que sus antiguas integrantes -exceptuando a la señora Mappley- perdieran interés y dejaran de reunirse para hablar de esos temas y, una vez por semana, para practicar la ouija, sólo que ahora esos encuentros tenían un carácter clandestino.
En principio el té de esta tarde no tenía nada que ver con esas actividades. Se trataba de una merienda entre amigas con un invitado que iba a hablarles de dietética canina. Y, por supuesto, han merendado y han escuchado una disertación muy interesante sobre ese asunto. No obstante, la señora Robinson, en un arrebato de osadía que han aprobado entusiasmadas sus dos amigas, se ha dejado llevar por su intuición y ha invitado a Angelito a una sesión de espiritismo, convencida de que las cualidades que adivina en él facilitarán la comunicación con entes incorpóreos.
El no quería, no le gusta la ouija, es peligrosa, dice, y, para convencerlas, relata unos hechos que le ocurrieron hace más de veinte años, con lo que consigue animarlas aún más para el evento, de modo que cuando quiere darse cuenta ya están las luces apagadas y hay sobre la mesa un tablero, un vaso y una palmatoria con una vela encendida.
-Espíritu, por favor, ¿serías tan amable de manifestarte dirigiéndote hacia el sí? -pregunta la señora Jenkins, y, para su sorpresa y la de todos, el vaso se dirige con energía hacia el recuadro del centro donde pone yes.
Las tres amigas están emocionadas, nunca antes habían conseguido contactar tan pronto, así que la señora Jenkins, convencida de que Angelito es un médium, le cede gustosa el privilegio de dirigirse al espíritu.
El hubiera preferido limitarse a poner el dedo sobre el vaso, pero...
Al poco tiempo se descubre que el ente incorpóreo contactado es el señor de Murcia fallecido en un accidente de tráfico, pero esta vez no tiene problemas de comunicación, porque Angelito actúa de intérprete entre él y las inglesas.
Pues resulta que el interfecto pereció en la nacional 234, a la altura de la salida de Villajoyosa, el verano pasado; fue por culpa de un hijoputa (así deletreado por el espíritu en el tablero) que hizo un adelantamiento muy temerario y le obligó a salir de la carretera para no chocarse frontalmente con él, entonces se cayó a un pequeño barranco y se mató. El tío aquel se salió de rositas, huyó y no pudieron identificarle, pero tras un año de investigaciones ha descubierto que veranea en Benidorm, que es un macarra que viene aquí para ligar con extranjeras y que el coche con el que le mató era un ford scort de color rojo. Ahora lo que él quisiera es que ellas le ayudaran a darle un escarmiento.
La señora Robinson y sus dos amigas escuchan en vilo. Desde que fundaron la comisión, uno de sus objetivos principales ha sido conseguir ese tipo de cooperación, y aunque sus interlocutores favoritos hubieran sido el señor Robinson, la tía Elaine e, incluso, Goldy Rufus I, este caso que ahora se les presenta las satisface y excita, porque además de confirmar esa posibilidad que tanto habían anhelado les brinda una ocasión para emular las hazañas de dos héroes suyos, el agente Mulder, de Expediente X, y la investigadora que interpreta Angela Landsbury en Se ha escrito un crimen".
(del capítulo 9 de la II parte de "Zapatos de ante azul")
¡¡Sensacional!! A mi dadme espiritismo, "seances" apolilladas y tufillo a humor negro posmoderno y ya me teneis contento.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues de eso hay a porrillo en "Zapatos de ante azul -la veranovela de un imitador del Rey-", amigo Wolfville. Espero tenerla a punto muy pronto para que os la podáis descargar los amigos de este tugurio (por la patilla).
ResponderEliminarMe he reído muchísimo, Ricardo, me encanta lo de las dietas ying yang caninas. Las lunáticas inglesas son divertidísimas, aunque tengo algunos aspectos que deplorar de la sesión espiritista. En primer lugar la ciudad, Villajoyosa, Villa Alegre o Villa Alegría no es el lugar más apropiado para que se manifiesten espíritus del más allá serios y reposados – a no ser que sean cantaores, bailaores o por soleás-. ¿Será el señor de Murcia un fantasma bromista que sustituye al difunto Mr Robinson mientras éste se corre una juerga en el más allá? ¿Seguro que Angelito tuvo claro en la sesión el Ying y el Yang y no tomó alguna bebida espiritosa? Porque un conocido tertuliano veía yings y yangs por todas partes, cuando empinaba el codo. Y, por último, ¿por qué un señor de Murcia y no de Albacete? Y ya que estamos en la Costa Blanca, ¿por qué no alicantino? Un poco de patriotismo chico entre tanta guiri nunca viene mal.
ResponderEliminarCelebro tu comentario, Huguet, aunque eres un poco plasta con los gentilicios y los topónimos. De todos modos, para tu tranquilidad te digo que la segunda parte de mi novela -que es a la que pertenece este fragmento- está ambientada en la ciudad más hortera, friqui e internacional de toda la península, o séase, Benidorm.
ResponderEliminarMe ha encantado su artículo. Aunque me ha quedado una duda. La señora de la foto, ¿es un espíritu convocado por el médium o una de las detectives espiritistas?
ResponderEliminarMe temo, Ricardo, que a Angelito le anima una suerte de resentimiento contra los conductores de Ford Scort rojo. ¿Se limita a estos vehículos malditos o nos afecta a los conductores de otras marcas? Porque, si es así, en un futuro próximo tendremos que cuidarnos de un encuentro poco amistoso y nada paranormal de unas inglesas almidonadas con un cuchillo jamonero para vengar cientos de crímenes brumosos. La verdad está ahí fuera.
ResponderEliminar1. Amigo anónimo, lamento no haber podido añadir un pie de foto con la autoría de esa magnífica imagen, pero ya sabes que a veces internet nos escamotea esa información básica. Lo cierto es que la he elegido porque representa a la señora Jenkins y porque me recuerda por su enorme parecido a una anciana que habita ya el trasmundo y de la que en un tiempo fui su secretario.
ResponderEliminar2. Huguet, eres la máxima autoridad en fantasmas literarios que conozco, pero la entidad a la que me refiero no tiene nada que ver con los tsukumogami, de los que nos hablas en tu último artículo. Y respecto a la actividad de las dtectives espiritistas, es posible que dentro de muy poco publique en este blog la continuación: "las unicornias contra el macho alfa".
Una de mis hijas me comentaba ayer que los profesores de Lengua somos un tanto extraños.Quizás tenga razón y leer a todas horas nos ha causado daños irreparables... Pero no hay duda de que merece la pena seguir leyendo para conseguir una escritura tan brillante como la tuya. ¡Eres un artista Ricardo! Y estoy publicitando tu "tugurio" en ese submundo por el que no os queréis asomar. Por supuesto, tendrás noticias mías para comisión materializada en forma de cañita-pinchito-charla jeje
ResponderEliminarTe agradezco la hipérbole y la publicidad, Mila. Y respecto a ese punto extraño de los profesores de lengua y a los daños irreparables de la lectura, tu hija es muy prudente y generosa en el adjetivo; mi mujer dice que no es extrañeza, sino locura, obsesión.
ResponderEliminarUn saludo.
Yo también he disfrutado mucho con este fragmento. Adivino una lectura muy apetitosa cuando te decidas a publicar la obra entera.
ResponderEliminarOjalá todos los profesores de lengua fueran como tú. Yo estoy rodeado de marujonas y pueblerinos cuyas inquietudes culturales se resumen en "¿y este cursillo da puntos?".
Saludos.