lunes, 1 de marzo de 2010

Nueva Orleans (2)

Nueva Orleans, Ignatius J. Reilly y yo (2)

   Detrás de la catedral de Nueva Orleans, en pleno hígado del barrio francés, hay un callejón llamado "Pirate´s alley" donde se encuentra una casa de dos alturas en la que a mediados de la década de los veinte habitó William Faulkner y que ahora, en su planta baja, alberga una librería repleta de recuerdos literarios a los que ya mismo asocio los míos de la mañana del 14 de agosto de 2004.
     Nueva Orleans goza de fama de ciudad peligrosa, disoluta y mistérica. Un museo de vudú al lado de la catedral. Detrás de ésta, la librería que digo; en la misma calle, un bar de colgados que se reúnen disfrazados de vampiro para beber cubatas teñidos de granadina. Un poco más allá, un garito de venta de objetos esotéricos donde se exhibe un aborto de siluro que Barnum presentaba en su circo como una auténtica sirena. Y en una perpendicular, la Royal street, la cafetería donde concurren turistas del crimen y amigos del trasmundo para su pasaje urbano del terror.
     En "El corazón del ángel" (Alan Parker, 1987) el detective Harry Angel (Mickey Rourke) recorre Nueva Orleans atando cabos y uniendo el deambular por la ciudad a una introspección en su propio pasado, hasta que descubre, como un moderno Edipo, que él es el culpable de los asesinatos que investiga. Es improbable que en esa gira de 18 dólares por el misterio y lo macabro los participantes ahonden en el conocimiento de sí mismos: por mucho que la escenografía les predisponga al escalofrío, éste no suele pasar de la epidermis. Ni tampoco les cala el sentimiento morboso de empatía que les suele embargar en algunos momentos estelares del paseo. Oyen crujir la madera en una vieja mansión del distrito de Garden o ven las ofrendas rituales del vudú en la tumba de Marie Laveau y tiemblan.
     Tres veces coincidí con los peregrinos del terror en mi callejeo errático de aquel 14 de agosto. La primera en su cubil de Royal Street. La segunda en la avenida de Saint Charles. Y la tercera, que es la que me interesa aquí, frente a un almacén abandonado de la calle Perdido. Según me enteré, hacía unos años que el dueño de una empresa de confección de ropa se había suicidado arrojándose desde el tercero. Al parecer el hombre no soportó la noticia de su ruina, que, como luego se averiguó, fue falsa, pues se trató de una maniobra de contabilidad para propiciar ciertas operaciones financieras. El policía que investigó el caso fue sobornado a cambio de una historia de amores interraciales que acabó con una empleada negra en la cárcel. A partir de ahí la historia se complica. El cadáver del policía fue hallado en su domicilio; le faltaba el corazón. Y el del empresario lo robaron de su tumba. La leyenda de que su fantasma puebla las dependencias de su antigua fábrica es muy celebrada por allí, aunque, tal como confiesa el autor de New Orleans ghost histories, la auténtica, que estaba unos números más arriba, la derribaron para construir un edificio de apartamentos, por lo que el fantasma tuvo que mudarse a otra fábrica vecina.
     En La conjura de los necios John K. Toole imaginó otro caso de contabilidad criminal también en una fábrica de confección de ropa, la "Levi pants", donde ingresa Ignatius dispuesto a poner en práctica toda una serie de ideas revolucionarias sobre la gestión de empresas, de entre las cuales recuerdo la de llegar una hora tarde al trabajo (para estar más contento y rendir mejor), señalizar con carteles escritos en letra gótica las secciones, poner una estatua de San Antonio en medio del pasillo o la de no abrir los archivadores hasta que las ratas se mueran de inanición después de haberse zampado todos los documentos. Hasta hace bien poco yo creía  que la "contabilidad creativa" era algo más o menos así. Pero va y el otro día leí esa expresión como un eufemismo para calificar los chanchullos que el gobierno griego en connivencia con unos tales Goldman Sachs se habían montado para ocultar el monto real de la deuda de ese país. Para solucionar el desaguisado la receta que les prescriben los mandarines de la Unión Europea a los griegos es que trabajen más y que cobren menos. Y mientras, los creativos de la contabilidad, veraneando. Lo de Ignatius es criminal porque casi nos mata a los lectores, pero de risa. Y lo de estos enterados, porque van a matar a los griegos -y a los que nos tenemos como muy próximos a ellos- de ira o de vergüenza.      

11 comentarios:

  1. 1. La película a la que te refieres, El corazón del angel, me causó en su momento cierta fascinación y, con el tiempo, no sé si me sigue fascinando o más bien me irrita. Una curiosidad. Unos amigos míos hicieron hace muchos años un corto. La escena que te transcribo es completamente verídica. Llego a casa de mi amigo, José Luis, guionista del corto por el cual había obtenido una subvención de la Conselleria de Cultura de unos trescientos mil machacantes. Se llamaba "El contrato del asesino". En su casa, junto a él y el director, Javi, otro amigacho mío, me encuentro a un tipo alto, con nariz imperial, pelo largo y voz de trueno, y otro, blanquito y poco cocido, con gafas y cara de un poco alelado.

    -"¿Quienes son estos dos payos, José Luis?" , pregunto.
    -"Pues mira, el alto es el asesino"- se refería al por ti y por mí bien conocido Domingo Chinchilla, al que hemos tenido muchas veces por el instituto como cuentacuentos. Era, obviamente, el actor que encargaba al tipo que en el corto liquidaba esposas a sueldo.

    -"¿Y el otro con cara de inglés atontado?"
    -"Pues no te lo vas a creer; es irlandés y se llama..." y dijo un nombre como Tim O´Leary o Brian Robbins o algo parecido. Y entonces vino lo mejor:

    -"Lo ha traído Javi, no sé cómo lo ha conseguido, pero resulta que nos va a ayudar. Resulta que es el ayudante de dirección de Alan Parker; hizo con él la de los Pink Floyd, aquella de El Muro, y esa otra del demonio en Nueva Orleans con De Niro."

    -"¿Coño, y que hace ese tío en Valencia?"
    -"Lo que deberías preguntarte, David, es qué hace ese tío en mi casa"

    2. Yo conozco a Ignatius J. Really, hay muchos ignatius en realidad si te paras a observar. A este le puso su padre, que tiene ahorros, una tienda de informática. El tipo jamás te arregla nada, pero se pone muy sesudo a mirarte el ordenador, lo tiene durante horas y al final te dice que no tiene arreglo. Tendrías que ver la tienda, a medio camino entre Allan Poe y Dickens. No le cabe más mierda, llena de cables colgados por todas partes, objetos de la electrónica antediluviana que el tío conserva... En casa le llamamos Ignatius. Su aspecto recuerda mucho al del dibujo de Ignatius que la editorial original ha popularizado, y sobre todo, el tío piensa que es un genio y que el mundo está lleno de idiotas que nos dedicamos a joderle.

    3. Si supiéramos lo que pasa con eso que Adam Smith llamaba la riqueza de las naciones nos aterrorizaríamos. Lo que cuentas de Grecia no me extraña nada. Yo creo que algunos gestores políticos no tienen ni puta idea de nada. Me hacen pensar a Homer Simpson, a punto siempre de apretar el botón equivocado y hacer estallar la central nuclear.

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  2. Al leer el artículo me he trasladado en el espacio y en el tiempo. Se respira al aire entre festivo y macabro de Nueva Orleáns. El Museo de vudú junto a la catedral del ¿horror?, el aborto de Barnum, el fantasma de la contabilidad criminal; las mismas mutilaciones y su celebración por los peregrinos del crimen con sus cubatas teñidos de granadina. No conozco la ciudad, pero cuando vi El corazón del Ángel no me llamó mucho la atención. A veces las recreaciones son más sugerentes que el viaje real. Un ejemplo. Me gusta Londres pero me atrae todavía más el Londres de algunas novelas victorianas. Respecto a la contabilidad criminal no me extrañaría que, como siempre, la realidad supere a la ficción y que los popes del capitalismo neoliberal nos sorprendan con recetas aun más imaginativas que las de nuestro Ignatius. ¿No lo sabes? Están obsesionados con la aplicación de la creatividad en todas las esferas, sobre todo, en la económica. Y hay que reconocer que si algo no le falta a Ignatius es imaginación.

    2. Conocí a Domingo Chinchilla en Cheste. Era un tipo larguirucho y desgarbado que imponía con su presencia y su voz profunda. Me impresionó la representación del Lazarillo; una interpretación que no desmerecía de Rafael Álvarez, el Brujo. Quedaría muy bien en alguna película de Alan Parker. Me lo imagino continuando la saga de Vincent Price y de la Hammer interpretando algún cuento de Poe o de Lovecraft. ¡Qué voz tiene! Ahora los actores son figurines que saben dar el pego en el plató y los escenarios. Chinchilla, sin embargo, tiene un timbre que no desmerece de Fernán Gómez y de José Sacristán. Cuando veo obras de teatro de Estudio 1, noto algo asombroso que entonces era habitual: que todos los actores tenían unas voces maravillosas. ¿Por qué no ven estas obra de teatro actrices como Penélope Cruz? ¿Por qué las actrices españolas actuales tienen tan mala voz?

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  3. 1. Guardo buen recuerdo de "El corazón del ángel", que vi hace muchos años. Lo que más me gustó, David, fue el ambiente de pesadilla en una Nueva Orleans donde los mitos y la magia del vudú aparecen muy vivos debajo de la alfombra de cierta respetabilidad decadente, y el fatalismo trágico que lleva al detective Angel a descubrir su pasado criminal. No sé si ahora me causaría la misma sensación o si me fastidiaría su truculencia. Por si acaso, prefiero no comprobarlo.
    2. Yo también he conocido a unos cuantos tipos con pinta de Ignatius, tanto en la calle como en los libros. Natalie Nothomb creó un personaje parecido en "Cosmética del asesino" y Allen Steele, lo mismo en "La muerte del Capitán Futuro", pero lo que sorprende en el de John K. Toole frente a los otros Ignatius es, a pesar de sus muchas cualidades desagrables, la simpatía que consigue despertar en el lector.
    3.No sé dónde leí esta metáfora referida tanto a la riqueza de las naciones como a la cordura: ambas son como una manta que cubre a la humanidad, pero es una manta pequeña; si estiras de arriba, dejas al descubierto lo de abajo.

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  4. 1.Es verdad, Joaquín, que a con frecuencia nos atraen más las recreaciones literarias que las mismas ciudades que las originaron, pero hay que evitar a toda costa que eso nos evite perdernos en ellas, caminarlas, olerlas, sentirlas... Leí en un libro sobre la República de Weimar que los mismos alemanes decían de ellos que ante dos puertas, una con el cartel de "Paraíso" y otra con el de "Conferencia sobre el Paraíso", la mayoría de ellos optaría por entrar en la segunda.
    2.Y sobre Domingo Chinchilla y las vocecitas de algunos actores de ahora, sólo puedo darte la razón.

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  5. yo también, el caso de Penélope Cruz me parece sintomático, tiene una dicción de mierda, pero se le puede llamar actor a cualquiera. Y sí, el atractivo de Chinchilla es la voz, aunque tiene un físico sumamente aprovechable.El tipo me dijo una vez que le resultaba contraproducente salir en canal 9, pues cuando iba a hacer lo suyo, el cuentacuentos, la gente estaba más pendiente por preguntarle si había salido en tal o cual serie de la tele y le jorobaban el asunto del que a fin de cuentas vive y le gusta vivir. Hace unos días ví a Sacristán y Alterio en el teatro, la obra no es gran cosa pero los actores, demonios, qué buenos son... Y sí, la voz de Sacristán es imponente.

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  6. Estoy de acuerdo con vosotros en la importancia de las voces de los actores y en que las cosas han cambiado mucho en el mundo del cine; no hay más que recordar cómo el cine sonoro hundió la carrera de muchos de ellos, por ejemplo, la de Rodolfo Valentino, cuando les llegó el momento de hablar ante las cámaras y perdieron sin remedio todo su atractivo; parece un disparate que ahora no se tenga en cuenta esa cualidad. Por cierto, el otro día hablé con Domingo Chinchilla y siento deciros que este año no podrá venir al instituto, parece que tiene problemas de salud. En su lugar vendrá el grupo Rodamons, hoy mismo hemos estado decidiendo las fechas y creo que puede resultar interesante. Veremos...

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  7. Me sorprende cómo los comentaristas que me preceden han obviado la cuestión más inquietante que plantea este artículo. Vale que es muy sugerente el Nueva Orleans que nos pinta el autor, pero ni la película ni lo de las voces de los actores me interesan. Lo que me preocupa es lo de Grecia. Eso sí que es para hacerles vudú a los responsables de esa gestión, es decir, al anterior gobierno griego y a la banca privada con que se asociaron para hacer sus cuentas. Se me ocurre qué me pasaría si me pongo a hacer "contabilidad creativa" con la declaración de la renta que se me avecina. Es lo de siempre: por unos pocos euros, multazo. Por unos millones, nada. Dices que la solución que plantean para Grecia es que los curritos trabajen más y que ganen menos. Qué indecencia. Y lo peor es que mucha gente empieza a considerar esto como una medida normal contra la crisis. Se ve que los eufemismos están calando en la gente, por eso hay que denuncia usos como el llamar "contabilidad creativa" a lo que es una estafa gigantesca. Por otra parte, ¿es que somos todos tan necios como para pensar que eso solo ocurre en Grecia y que en España somos tan listo que estamos a salvo de esos tejemanejes?. A mí me da que no.

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  8. A mí me da que tampoco. Hasta hace muy poco era aceptado por casi todos los españoles la doble contabilidad a la hora de comprar una vivienda. El piso vale tanto, pero escrituramos por esto otro, así que tú me pagas esto en blanco y la diferencia en negro. Y esto lo sabían todos: el gobierno, los registradores, los notarios, los de las inmobiliarias... En un informe que hizo hace tres años un analista independiente para no me acuerdo de qué organismo dependiente de la ONU la conclusión era que en España había una corrupción generalizada en el tema de la vivienda. Lo malo es que no sirvió de nada: se publicó una noticia en los periódicos y ahí se acabó la denuncia y sus repercusiones.

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  9. Hola Ricardo, no pude irme sin leer el post, me dejaste intrigada. Como te respondí en mi blog, la idea del Edipo moderno en la película de Mickey Rourke me parece muy acertada. Siempre me gustó esa película y nunca he cambiado de opinión, a pesar que pasaron muchos años desde que la ví por primera vez. Con respecto al ambiente que describen en los comentarios, agrego un recuerdo: la canción de Sting ¨there´s a moon over Bourbon st, tonight, I´ve seen faces, etc etc the brim of my hat has the eyes of the beast......oh you´ll never see my shame oh hear the sound of my feet ...¨La recuerdan? (perdón si confundí alguna palabra) Saludos, Myriam

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  10. Gracias por el comentario, Myriam. No conozco la canción que dices, pero trataré de escucharla. Por la letra me recuerda a una de Bob Dylan que adaptó Elvis: "Tomorrow is a long time".

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  11. Hola Ricardo, te voy a buscar el link y te lo mando, saludos

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