POR
UNA HERMENÉUTICA CUÁNTICA EDUCATIVA
(una colaboración de Ciril Bröedel)
con una apostilla (o apostillón) de Joaquín Huguet (bibliotecario emérito de Gotham).
con una apostilla (o apostillón) de Joaquín Huguet (bibliotecario emérito de Gotham).
Ciril Bröedel en Valencia |
Afirmó
Feynman , y afirmó bien, que todo el misterio y la amplitud
conceptual de la Física Cuántica están en el experimento de la
doble rendija. Si las partículas elementales y la luz se comportan
como ondas o corpúsculos cuando atraviesan un dispositivo que conste
de dos rendijas o de una sola de dimensiones adecuadas, es necesario
establecer el postulado fundamental de la doble naturaleza onda –
corpúsculo de la materia y la radiación aceptando el colapso de ese
carácter cuando puede determinarse el proceso físico concreto
ocurrido en el experimento.
El
continuado progreso en la consecución de fenómenos cuánticos
cooperativos , y por ello, macroscópicos a temperaturas cada vez
más altas -aun siendo hoy demasiado bajas todavía- supone una
transición imparable de condensados de Bose–Einstein a otros que
pueden ser descritos como grupos covariantes de Kaluza–Klein.
Ello apunta a una imparable cuantización del mundo macroscópico que
incluye a los seres humanos y sus procesos sociales.
En
esa perspectiva, una pedagogía del futuro debe remitirse
inexcusablemente a la fundamentación básica y , en cierta forma,
iniciática de las descripciones de la experiencia de las rendijas.
Sólo
un sistema pedagógico que alternara sabiamente (y esta es la
cuestión y el reto) el carácter dual cuántico de los procesos
de aprendizaje y sus protagonistas está destinado a confrontar las
incertidumbres y anfractuosidades del futuro.
La
necesaria y difícil combinación de caracteres ondulatorios (dispersión , desubicación , inexistencia de franjas horarias ,
hibridación y algarabía) y corpusculares (corrección, oratoria, ponderación, cumplimiento y planificación) llevada a cabo con
seny y audacia en la metodología educativa debe prefigurar todo
intento de reforma educativa con futuro. Sólo así la pedagogía se
entrelazará con el conocimiento físico del mundo. O no será.
CIRIL
BRÖEDEL, del BOTORRITA QUANTIC INVESTMENT (traducción de Luis López)
Y ahora la respuesta de Joaquín Huguet:
En mi novela “Oxfordbridge. El teatro de las maravillas”. Se expone una
teoría pedagógica semejante. La teoría de la doble rendija engarzaría
con la educación multidireccional de la piscopedagoga Gloria Cárdenas:
“–La educación no debe ser unidireccional –afirma Gloria con le fe de una revelación– ni siquiera bidireccional, sino multidireccional.
Estas palabras las pronuncia solemne. Sonríe a su público y asiente modesta. No es para menos, porque la educación multidireccional la encumbrará a la cima de la ciencia piscopedagógica. Una salva de aplausos rubrica su exordio. La idea brillante de nuestra doctora es la siguiente: “¿Por qué aprender en el aula de una sola fuente –en este caso, el profesor–, cuando se puede recurrir a otros elementos de aprendizaje como el paisaje de la ventana, los moscardones que revolotean por el cristal, la intensa actividad psicomotora de los alumnos por el aula y, por último, los cálidos y sutiles intercambios ludopédicos inter pares: los alegres sopapos cariñosos emitidos (input) y recibidos (output) con que se obsequian los escolares los unos a los otros?”
Semejante hallazgo despertaría los elogios de sus colegas más distinguidos. De él Bernardo Lacón comentaría: “Una nueva concepción de la enseñanza, valiente e innovadora; una apuesta arriesgada por una enseñanza múltiple, polifónica y pluridimensional”. Benigno Luminoso no se quedaría atrás: “un clásico del pensamiento piscopedagógico. En buena medida sus intuiciones más profundas todavía no han sido superadas, ni creo que lleguen a superarse algún día.”
Es el momento de pasar de la teoría a la práctica. La doctora Cárdenas se retira para dar paso al espectáculo piscopedagógico. Entra un tipo con unos ojos abisales, el doctor Tuhmahul, quien nos va a hacer una demostración de los principios de sugestoidiopedia que se aplican en Oxforbridge. Junto al mago, un muchacho bien vestido. Este se sienta en una silla y observa en las paredes unas imágenes secuenciales. De pronto se entenebrece la habitación y suena una música relajante. Los focos iluminan la mirada aguda del doctor, quien, antes de actuar, contempla su entrecejo en un espejo para recargar su energía magnética. Acto seguido, mira fijamente a los ojos del alumno y, gracias a su voz profunda, secundada por la música y la penumbra, el joven entra en trance hipnótico. Entonces el maestro le pone unos auriculares en los oídos, con los que este estudia mientras duerme un curso intensivo de japonés, y ya va por el nivel veintisiete, todo ello haciendo horas extras por las noches. En las paredes, imágenes de samurais sobre las distintas unidades didácticas y, de fondo, una canción japonesa tradicional acerca de los mismos temas. Cuando el alumno despierta, habla con desenvoltura el idioma y además, como está incluido en el lote, domina a la perfección el Kárate y el Kung Fu. Un oriental del público se pone a hablar con él y a practicar artes marciales, y exclama: “habla con la misma soltura que un tokiota y domina las técnicas de un samurai”. Gloria explica las ventajas de este sistema de aprendizaje. La jornada laboral se podría prolongar las horas de sueño, aportando por las noches un sueldo extra a muchas familias. Además, miles de problemas irresolubles en las horas de vigilia se llegarían a aclarar con la ayuda de las ondas alfa del cerebro, del que despiertos solo utilizamos un diez por ciento.”
“–La educación no debe ser unidireccional –afirma Gloria con le fe de una revelación– ni siquiera bidireccional, sino multidireccional.
Estas palabras las pronuncia solemne. Sonríe a su público y asiente modesta. No es para menos, porque la educación multidireccional la encumbrará a la cima de la ciencia piscopedagógica. Una salva de aplausos rubrica su exordio. La idea brillante de nuestra doctora es la siguiente: “¿Por qué aprender en el aula de una sola fuente –en este caso, el profesor–, cuando se puede recurrir a otros elementos de aprendizaje como el paisaje de la ventana, los moscardones que revolotean por el cristal, la intensa actividad psicomotora de los alumnos por el aula y, por último, los cálidos y sutiles intercambios ludopédicos inter pares: los alegres sopapos cariñosos emitidos (input) y recibidos (output) con que se obsequian los escolares los unos a los otros?”
Semejante hallazgo despertaría los elogios de sus colegas más distinguidos. De él Bernardo Lacón comentaría: “Una nueva concepción de la enseñanza, valiente e innovadora; una apuesta arriesgada por una enseñanza múltiple, polifónica y pluridimensional”. Benigno Luminoso no se quedaría atrás: “un clásico del pensamiento piscopedagógico. En buena medida sus intuiciones más profundas todavía no han sido superadas, ni creo que lleguen a superarse algún día.”
Es el momento de pasar de la teoría a la práctica. La doctora Cárdenas se retira para dar paso al espectáculo piscopedagógico. Entra un tipo con unos ojos abisales, el doctor Tuhmahul, quien nos va a hacer una demostración de los principios de sugestoidiopedia que se aplican en Oxforbridge. Junto al mago, un muchacho bien vestido. Este se sienta en una silla y observa en las paredes unas imágenes secuenciales. De pronto se entenebrece la habitación y suena una música relajante. Los focos iluminan la mirada aguda del doctor, quien, antes de actuar, contempla su entrecejo en un espejo para recargar su energía magnética. Acto seguido, mira fijamente a los ojos del alumno y, gracias a su voz profunda, secundada por la música y la penumbra, el joven entra en trance hipnótico. Entonces el maestro le pone unos auriculares en los oídos, con los que este estudia mientras duerme un curso intensivo de japonés, y ya va por el nivel veintisiete, todo ello haciendo horas extras por las noches. En las paredes, imágenes de samurais sobre las distintas unidades didácticas y, de fondo, una canción japonesa tradicional acerca de los mismos temas. Cuando el alumno despierta, habla con desenvoltura el idioma y además, como está incluido en el lote, domina a la perfección el Kárate y el Kung Fu. Un oriental del público se pone a hablar con él y a practicar artes marciales, y exclama: “habla con la misma soltura que un tokiota y domina las técnicas de un samurai”. Gloria explica las ventajas de este sistema de aprendizaje. La jornada laboral se podría prolongar las horas de sueño, aportando por las noches un sueldo extra a muchas familias. Además, miles de problemas irresolubles en las horas de vigilia se llegarían a aclarar con la ayuda de las ondas alfa del cerebro, del que despiertos solo utilizamos un diez por ciento.”
Para más información sobre esta interesante teoría, consultar la Biblioteca de Gotham (www.labibliotecadegotham.com). El artículo se titula: “Oxfordbridge. El teatro de las maravillas”.
En mi novela “Oxfordbridge. El teatro de las maravillas”. Se expone una teoría pedagógica semejante. La teoría de la doble rendija engarzaría con la educación multidireccional de la piscopedagoga Gloria Cárdenas:
ResponderEliminar“–La educación no debe ser unidireccional –afirma Gloria con le fe de una revelación– ni siquiera bidireccional, sino multidireccional.
Estas palabras las pronuncia solemne. Sonríe a su público y asiente modesta. No es para menos, porque la educación multidireccional la encumbrará a la cima de la ciencia piscopedagógica. Una salva de aplausos rubrica su exordio. La idea brillante de nuestra doctora es la siguiente: “¿Por qué aprender en el aula de una sola fuente –en este caso, el profesor–, cuando se puede recurrir a otros elementos de aprendizaje como el paisaje de la ventana, los moscardones que revolotean por el cristal, la intensa actividad psicomotora de los alumnos por el aula y, por último, los cálidos y sutiles intercambios ludopédicos inter pares: los alegres sopapos cariñosos emitidos (input) y recibidos (output) con que se obsequian los escolares los unos a los otros?”
Semejante hallazgo despertaría los elogios de sus colegas más distinguidos. De él Bernardo Lacón comentaría: “Una nueva concepción de la enseñanza, valiente e innovadora; una apuesta arriesgada por una enseñanza múltiple, polifónica y pluridimensional”. Benigno Luminoso no se quedaría atrás: “un clásico del pensamiento piscopedagógico. En buena medida sus intuiciones más profundas todavía no han sido superadas, ni creo que lleguen a superarse algún día.”
Es el momento de pasar de la teoría a la práctica. La doctora Cárdenas se retira para dar paso al espectáculo piscopedagógico. Entra un tipo con unos ojos abisales, el doctor Tuhmahul, quien nos va a hacer una demostración de los principios de sugestoidiopedia que se aplican en Oxforbridge. Junto al mago, un muchacho bien vestido. Este se sienta en una silla y observa en las paredes unas imágenes secuenciales. De pronto se entenebrece la habitación y suena una música relajante. Los focos iluminan la mirada aguda del doctor, quien, antes de actuar, contempla su entrecejo en un espejo para recargar su energía magnética. Acto seguido, mira fijamente a los ojos del alumno y, gracias a su voz profunda, secundada por la música y la penumbra, el joven entra en trance hipnótico. Entonces el maestro le pone unos auriculares en los oídos, con los que este estudia mientras duerme un curso intensivo de japonés, y ya va por el nivel veintisiete, todo ello haciendo horas extras por las noches. En las paredes, imágenes de samurais sobre las distintas unidades didácticas y, de fondo, una canción japonesa tradicional acerca de los mismos temas. Cuando el alumno despierta, habla con desenvoltura el idioma y además, como está incluido en el lote, domina a la perfección el Kárate y el Kung Fu. Un oriental del público se pone a hablar con él y a practicar artes marciales, y exclama: “habla con la misma soltura que un tokiota y domina las técnicas de un samurai”. Gloria explica las ventajas de este sistema de aprendizaje. La jornada laboral se podría prolongar las horas de sueño, aportando por las noches un sueldo extra a muchas familias. Además, miles de problemas irresolubles en las horas de vigilia se llegarían a aclarar con la ayuda de las ondas alfa del cerebro, del que despiertos solo utilizamos un diez por ciento.”
Para más información sobre esta interesante teoría, consultar la Biblioteca de Gotham (www.labibliotecadegotham.com). El artículo se titula: “Oxfordbridge. El teatro de las maravillas”.
muy interesante....http://teatrapare.blogspot.com.es/
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